jueves, 28 de abril de 2016

Sonríe mama por favor...


Me asombra que cada vez que me siento triste por algo, mis hijos sin hablar y casi instantáneamente me pregunten ¿qué te pasa mama? y me piden que sonría por favor… sobre todo mi hija pequeña.

Les cuento que hay días y días en este sueño, que hoy me siento apagada, identificada con conflictos que me atrapan pero que NO SON REALES.

Y si no es real… entonces ¿por qué te atrapa?

Buena pregunta. Porque soy humana y hay cosas que me duelen, hay momentos que me asusto, y no pasa nada. Les explico que se trata de no juzgarnos, estemos de la manera que estemos, permitirnos expresar, emocionarnos, llorar, que es maravilloso hacerlo, aunque no comparta la razón con ellos, aunque se sientan impotentes al verme acostarme tarde y levantarme pronto con cara de haber dormido poco.

Si, hoy estoy así y mañana será otro día y no pasa nada, porque nada es real y a seguir el sueño que saldrá el sol de nuevo y esta madre volverá a sonreír y a cantar por las mañanas y además, ya huele a verano...

Todo mi amor


lunes, 25 de abril de 2016

Mi puñado de judías



Mañana de lunes y hace siglos que no escribo… dedicada por entero a mi puñado de judías, se me pasan los días. Tomo una judía y le corto amorosamente los bordes, la parto en 4 trozos y me veo como madre de cada uno de mis hijos. Atrás van quedando las dudas de si lo estaré haciendo bien o no tan bien, porque mis hijos me eligieron y mientras sonrío… se que ellos saben la razón por la que lo hicieron. Entonces tomo judía tras judía, observo esas pequeñas e importantes misiones que me veo transitando cada día, los viajes, el compartir con los demás, mis miedos, dudas, alegrías…

Con las judías me pasa como a mi hija Blanca con la pasta de la cena, mama no baja el plato!! y es cierto porque a veces miro mi regazo y sigo viendo sobre el delantal blanco tantas aún por pelar que hay días en los que estoy cansada, las meto en una bolsa y me voy a dormir. También hay otros días en los que olvido meterlas en la bolsa y mientras duermo me encuentro entre las manos judías y judías y las aparto y sigo durmiendo.

He comprendido que no se acabarán, que hasta el final de todo este sueño, las judías estarán a mi alrededor esperando a ser preparadas, limpiadas, troceadas. Aceptarlo es parte del vivir.

Mi madre me ha regalado un pelador de judías, ahora río a carcajadas. Tal vez querida madre con ese regalo pueda ir acelerando el proceso, tal vez no se me acumulen tanto, tal vez no me hagan llorar a veces, tal vez no me angustien en determinados momentos. En todo caso gracias por lo simbólico del regalo.

Que día tan bonito hace en madrid, huele ya a calor y a verano… feliz semana

Todo mi amor