Leía ayer sobrecogida que Eduardo Inda (ex director de Marca) había sacado a la luz que un tal Javier López Madrid, ha sido denunciado por presunto acoso sexual a su doctora de cabecera. Tuve que respirar bien hondo para imaginar a una profesional, madre y mujer, acosada, amenazada, herida con arma blanca por un… (me voy a reservar la palabra porque además seguramente su madre es una santa), que se cree que por ser quien es puede hacer en este sueño lo que le de la gana, parapetado en los mandamases.
Me gustaría muchísimo saber el nombre de la doctora en cuestión, ponerme en contacto con ella y darle mi abrazo más profundo. Sentarme a su lado si es que le queda hueco y mirarla a los ojos con la inmensa ternura de la que ha vivido algún que otro rasguño.
Bravo por los periodistas valientes, bravo por Pedro J. Ramirez que hoy también habla del molusco baboso que contrata sicarios presuntamente creyéndose que Franco aún vive. Yo pido encarecidamente a quien tenga que ser, que nos protejan a las mujeres y a los niños de semejantes bárbaros. Si tiene que ser Podemos, que lo haga Podemos, si tiene que ser Ganemos que lo hagan, pero que lo hagan. Que cese ya esta sensación de ser los dueños del parchís y los demás minúsculas fichas de colores que pueden comernos cuando les de la gana.
Bravo por Eduardo Inda, al que conozco personalmente, independientemente de sus creencias, hombre bueno y compasivo, valiente y no indiferente. Bravo por todas las mujeres que no pensamos consentir más tiempo la barbarie de algunos.
Querida Doctora, dermatóloga, madre, valiente donde las haya, allá donde estés, me abrazo a ti y te hago llegar mi aplauso inmenso por tus enormes ovarios. El día en el que las mujeres nos unamos y recuperemos nuestra dignidad, todo cambiará… una vez más, lo dijo mi admirado Enric Corbera.
Almu Fuentes
