Este septiembre no me ha costado tanto regresar a Madrid. Claro que echo de menos la playa, las puestas de sol que nos ofrecen cada día el mar y el astro rey en un marco incomparable y que en Cádiz se celebra con una fuerte ovación, el peculiar sonido de las olas, el tacto de la arena al pisarla... es cierto, y sin embargo, mi cabeza estaba llena de serenidad en el viaje de regreso, dando sorbos a un bote de coca-cola, disfrutando de la música preferida de mi hija pequeña y de sus intentos por contarme cosas y ser una buena acompañante.
Subir la calle de mi casa, volver a ver los semáforos y el bulevar, bajar por la rampa del garaje hasta mi plaza, subir a casa aún con restos de arena y abrir la puerta... es una de las sensaciones más bonitas de las que me gusta disfrutar en cada regreso a casa, es un momento único, esa mirada al salón perfectamente ordenado, recoger las plantas, colocarlas en su sitio (tengo dos Dragos preciosos que me traje de Lanzarote y que han crecido un montón), a quién le gusten las plantas y las flores me entenderá, ellas me acompañan el resto de las estaciones, ese Aloe vera que tanto nos da cuando hay pequeños accidentes domésticos, y la Medinilla, preciosa que me recuerda al Sur, a los patios de Sevilla, con ese rosa que solo la naturaleza puede crear... Las azaleas y algunas orquideas regaladas en momentos especiales y que volverán a florecer en cuanto sea su momento.
Ahora vienen los buenos propósitos... ponerse en forma (las olas me han revolcado más veces de las que me hubiera gustado ante las risas de mi gente y mi malestar oculto porque nunca antes me había pasado, no con tanta facilidad... eso me habla de dedicarme más a mi, no es que no lo haga, pero me dedico a mi bienestar emocional, leer, estudiar, investigar, ilusionarme con nuevos proyectos pero muy poco a mi cuerpo y mi carruaje, así que me he puesto manos a la obra: clases de Pilates, volver al gimnasio, nadar y ponerme en manos de mi osteópata para deshacer nudos y activarme, prepararme para un nuevo otoño, saborear en las terrazas de lo que queda de verano, disfrutar del centro de madrid, Lavapiés, Chueca, comprarme alguna camiseta usada en las tiendas de segunda mano y tomar algún capricho en los preciosos mercados que tenemos por aquí.
Y así me encuentro, así regreso, así me gustaría continuar, centrada en el aquí y en el ahora... y tu?
Todo mi amor
Almu Fuentes