miércoles, 27 de noviembre de 2013

Cuando hace frío y huimos


Cuando hace tanto frío, si podemos huimos... buscamos el calor del coche, el del hogar, el de la oficina, el de una tienda, entramos a tomar un café o lo que se nos ocurra, pero buscamos refugio. Muy pocas veces nos encontramos en lugares en los que no podemos huir y eso nos ocurrió anoche a un grupo de personas en un cementerio... El viento soplaba fuerte y helado, pero el cortejo seguía su rumbo, los rostros se paralizaban, las miradas se entendían entre ellas sin necesidad de palabras y las manos se escabullían por el primer rincón que encontraban.

El verdadero frío es aquel del que no se puede huir, lo demás es una aventura, lo demás es un juego. El frío que se adentra y te paraliza, el frío que no cede, que se ensaña, que amenaza, qué miedo da cuando hace tanto frío. Observé como las personas nos organizamos ante "ese frío", cómo recordamos de pronto el calor esencial, entonces, los brazos comienzan a rodear a los más afectados, salta la amorosa solidaridad humana. Los corazones se convierten en "estufas" que ceden el calor propio sin egoísmo. Es bonito ver el calor frente al frío, aunque sople el viento, aunque no dé tregua, aunque el cortejo no se detenga...

Abrigaros!

Almu Fuentes

miércoles, 20 de noviembre de 2013

La Señora Sangyong



Tengo mi coche de taller en taller desde hace más dos meses... mi coche no es un coche cualquiera, es la Sra. Sangyong, mi compañera del día a día, la que me escucha cuando hablo sola, la que se ríe conmigo cuando me llega la carcajada explosiva, la que sostiene mis lágrimas cuando aparecen. Es también la que aguanta mi enfado en un atasco, mi ansiedad cuando tengo prisa, la que aloja la compra pacientemente intentando que no se vuelque nada, y eso a pesar de mi falta de cuidado. La que siempre lleva más de lo que puede, más niños, más maletas, más animales,  más bolsas de Ikea...

Ella, la que tiene de todo, música, galletas, caramelos, chicles, toallitas mojadas, kleenex, y hasta cosas insospechadas. La que avanza valiente entre los coches para llegar a tiempo a recoger a los niños, la que me espera en zona verde o azul mientras descansa un rato. Es gris y grande, está un poco gorda, lo reconozco, pero así los niños se acomodan entre sus curvas cuando viajamos. Tiene buen carácter, un poco gruñona si se va quedando sin gasolina, pero lo aguanta todo, la arena de la playa, las tablas y el sol asfixiante en su espalda en los días calurosos de los veranos gaditanos.

Pues mi amiga la Sra. Sangyong no está con nosotros y la echamos de menos. Cuando pienso en ella no puedo evitar el miedo a que tenga alguna avería que no consigan reparar. Siento que la arreglan una cosa y cuando me la dan una y otra vez, se le ha estropeado otra... como una enferma cuyos médicos no consiguen dar con su dolencia. Estaba en un pequeño hospital, digo taller y finalmente decidimos su traslado a un gran hospital digo a la casa oficial... Cuánto se echa de menos lo que no se tiene!!

Y me pregunto... qué puedo aprender de esto? Lo primero que estoy ganando en paciencia, lo segundo que estoy consiguiendo aceptar lo que es. Lo tercero, darme cuenta de lo infinito que es el universo porque no he dejado de tener coche en los casi tres meses.


Hoy, quería hablar de Ella. La echo de menos, a fin de cuentas es mi compañera y amiga. Feliz miércoles!

Almu Fuentes

martes, 19 de noviembre de 2013

Respirar consciente es Verme


Respirar es sobrevivir, es inhalar la vida buscando aquello que necesitamos: el oxigeno. Respirar consciente es ir más allá, es adentrarse en lo profundo, es conectarse con la esencia, es re-conocer el espacio en el que podemos vernos, sentirnos, unirnos a esa "otra cosa" que con las gafas del ego no vemos, no sentimos, no percibimos.

Respirar consciente es abrirnos a un espacio de comprensión o de vacío, es morir y vivir a la vez, es entender y perderse, es luchar y rendirse, es calma, es paz, es silencio.

Cuando me siento a respirar de forma consciente, ME VEO, sé que estoy ahí. Cuando escucho a otra persona desde la misma actitud, LA VEO y sé que percibe que estoy ahí. A menudo me descubro en conversaciones rápidas que me empujan, en tsunamis de palabras que salen como la lava de un volcán, salen las tuyas, salen las mías, pero no nos vemos, tal vez ni siquiera sentimos que estamos ahí.

Escuché hace tiempo a Alejandro Jodorowsky decir que "somos felices aunque no lo recordamos", es verdad, a veces, muchas veces, me pierdo en mis necesidades, en mis quejas, en mis dudas, en mis miedos, en mis expectativas y olvido que soy feliz. Ser feliz para mi tiene que ver con el respirar consciente, con verme y saber que estoy ahí. Vamos a darnos momentos de consciencia, es barato, no tenemos que buscarlo fuera, basta con comenzar a seguir el ritmo de la música respiratoria y acompañarla desde el silencio, desde el ruido. Basta con verme en lo sencillo del aire que entra y sale, que me recorre y me acompaña, entonces, ya no hacen falta explicaciones, el comprender queda en otra dimensión y surge el "darme cuenta" de mi magnificencia, de mi oportunidad, de mis posibilidades. Respirar consciente es conectar conmigo para creer en mi y por fin VERME.

Almu Fuentes

domingo, 10 de noviembre de 2013

Compras y te haces feliz o infeliz?


Qué tipo de compradora eres? compras de más o compras de menos? tal vez no te lo habías planteado nunca? bien... pues es un buen momento para planteárselo porque, lo creamos o no, la forma en la que compramos habla de nosotros, nos da pistas de la forma en la que gestionamos las energías y sobre todo, del placer que nos aportamos a nosotros mismos.

Eres de las que compras por ofertas? dos cajas de leche que salen baratísimas, perfecto!! me voy a comprar 3 cajas... inicialmente me siento bien, si, siento que he ahorrado unos cuántos euros, pero luego viene la gran pregunta, necesito toda esta leche que he comprado? o se me acabará por estropear en algún rincón de la cocina?... y hablando de rincones, donde vas a guardar toda esa leche que acabas de comprar a un precio tan seductor? saltarás cada mañana por encima de ellas? como te sentirás entonces en cada salto que realices? Te has identificado? bien, si eres de las que compran en exceso guiada por las ofertas, puede ser el momento de aplicar unos momentos de atención plena. Recuerda que comprar solamente aquello que necesitamos sin exceso, nos aportará más tranquilidad y sobre todo menos incomodidad en el almacenamiento.

Eres por el contrario de las que compran por debajo de tus necesidades? un buen ejemplo es la pasta de dientes... eres de las que cada mañana te enfrentas al tubo retorcido de pasta de dientes y lo aprietas como si te fuera la vida en ello hasta conseguir poner una pequeña cantidad en tu cepillo? Y el gel? eres de las que lo ponen boca abajo porque llevas días sin acordarte de comprarlo o tal vez, eres de las que incluso, tiene que echar dentro del bote de gel un poco de agua, agitarlo fuerte como si tu cuerpo se viera sacudido por un recuerdo tribal?

Eres de las que salen a comprar una camiseta blanca nueva, porque TODAS las que tienes tienen el blanco un poco perdido, y vuelves a casa después de una tarde de compras con camisetas de todos los colores menos blanca? o tal vez eres, de las que sí vuelve a casa con la camiseta blanca y la sigues guardando en el armario para ponértela otro día? Y si no hay otro día...???

Y si esta entrada te ha hecho sonreír, qué te parece si revisas qué tipo de compradora eres, lo observas, lo sientes y comienzas a dar algún paso hacia un cambio? si?

Comprar bien nos da felicidad y sobre todo nos evita pequeños momentos infelices. Feliz Domingo!

Almu Fuentes

jueves, 7 de noviembre de 2013

Un hogar con olor a Cielo


Cada día, cuando entramos en casa, un olor nos recibe. Es el olor del hogar. Cada casa huele de manera diferente, no hay dos iguales. A todos nos pasa, la pituitaria está directamente relacionada con lo profundo, tal vez no nos hayamos parado a sentir, quizás no hemos puesto la suficiente atención, pero el olor está ahí, nos habla, nos cuenta que algo se está cocinando, espía al vecino que está pintando su casa o acuchillando el suelo. Nos provoca recuerdos el olor a chimenea tal vez de una casa lejana que ni tan siquiera identificamos. La naturaleza, las estaciones se filtran y participan también en el olor.

El olor se desprende de los pequeños rituales que llevamos a cabo, el olor a ropa recién lavada, a unas flores, a unas velas, a una colonia, incluso a un vacío. El olor nos habla cuando se ha fumado, cuando ha habido mucha gente, cuando hay animales, el olor se chiva de un pequeño descuido, de un experimento de los niños, de la presencia reciente de un amigo, de la visita amorosa de un ser querido.

Me encanta oler mi casa, giro la llave y entro y allí está, me abraza y me da paz, silencioso, sutil. Es solo un instante, luego uno se acostumbra y ya no lo siente, como todo lo bueno. Me gusta encender un incienso o una vela con olor a jazmín, cuidar el olor de mi ropa, la colonia de mis hijos, tener rituales olorosos que como fantasmas nos acarician y nos calman. Disfruto echando colonia a las camas, es sencillo, un bote de spray y unos toques mágicos sobre las almohadas, sobre las sabanas, para por la noche, al abrirlas volver a sentir el olor familiar, el olor a hogar.

Podemos poner atención en escoger los olores, recorrer los pasillos de un supermercado, abrir los botes y oler, sentir cual deseas para esa semana, uno nuevo que te inspire en ese momento, es un buen juego de atención plena. Comprar unas velas, probar nuevos olores, una crema para después de la ducha y un montón de cosas más.


Mi hija me contó ayer por la mañana, que a ella le encanta el olor de su casa y que sus amigas dicen, que nuestra casa "huele a cielo"... ¿puede haber una definición más bonita?

Almu Fuentes

miércoles, 6 de noviembre de 2013

Sí que me quiere... claro que me quiere


Con la llegada del otoño, me vuelve la pasión por las Margaritas. Acompañando a esa flor, me vienen recuerdos de la infancia... ¿quién no ha deshojado la típica margarita con una voz expectante: me quiere, no me quiere, me quiere, no me quiere?. Tengo que reconocer que yo, hacía trampas, pues si una de esas flores inofensivas me traía en forma de Oráculo un "no me quiere", rápidamente cogía otra para comenzar de nuevo hasta que el resultado final era un SI ME QUIERE.

La margarita fue la primera flor que yo aprendí a pintar, sencilla, elegante y fácil de manejar. Desde entonces, cada vez que imagino a una abeja, la veo encima de una margarita. Mis collares de flores fueron de margaritas, mis diademas para el pelo tenían siempre margaritas, algún vestido con margaritas también recuerdo...

Me encanta ir a comprarlas con la llegada del otoño, son baratas y de colores muy tierra y lo mejor, ¡duran eternamente! no hay que irse muy lejos, no hay que gastar mucho para poner un toque de color en nuestros espacios sagrados, comprar margaritas es un ritual que me alegra el corazón, que da calidez a mi hogar y me recuerda que SI ME QUIERE. Se le puede pedir algo más a una flor?

Almu Fuentes

martes, 5 de noviembre de 2013

El placer que el Ego no entiende


Estar en mi, estar conmigo. Reservarme ese espacio para sencillamente estar, Ser, sin escuchar música, sin leer, sin escribir, sin hablar por teléfono, conmigo, con mis pensamientos, con mis recuerdos, con mi forma de sentir, con mis emociones. Acomodarme en mi cuerpo, escuchar el silencio o el ruido sin juzgarlo, sin engancharme... QUE PLACER!

Con los años aprecio cada vez más ese espacio, cuando no lo tengo me resiento... pero me ha costado llegar hasta aquí. El miedo a la soledad se imponía, cuando todos se iban me entraba desasosiego, y ahora qué hago? qué hago yo sola?... me observo de lejos y me sonrío. Cuántos miedos inventados, cuántas penurias imaginadas, cuántas cosas me he mal contado a mi misma, cuánto daño me hice.

La soledad forma parte del vivir porque es necesaria, es el espacio en el que crecemos, es parte del alimento del alma, resistir, esperar, ver que siento sin asustarme, me ha llevado a comprender desde lo profundo. Me ha mostrado partes de mi que desconocía, se han forjado perdones, agradecimientos, ha brotado el amor que soy sin dependencias...

Recuerdo cuando era más joven (voy a cumplir 50 años y estoy ilusionadísima!)... lo que me agobiaba no salir un viernes, se me despertaba la bicha esa interior que me gritaba, que me ponía en marcha hacia cualquier plan, aún sin apetecerme, el tema era salir, distraerme, estar acompañada. Hoy siento una paz inmensa cuando mis niños se van y me hago capullo para poder sentir una vez más, a la mariposa que hay en mi interior. Estar con uno mismo es un placer y que el ego se calle porque de ésto no entiende...

Almu Fuentes