martes, 2 de abril de 2013

Sentir pasión


Qué envidia sana he sentido éstos días paseando por distintas ciudades andaluzas, caminando entre su gente y admirando la pasión con la que se vive la Semana Santa. Sin juicio y con amplia mirada cargada de pureza de intención, he visto pasar tantas procesiones como tiempo he tenido... no sé si es religión o si no lo es, no sé si la Virgen o el Jesús que representan los pasos, estará o no contento con tanto adorno, tanta vela, tanto hilo bordado o tanta cámara de televisión, pero lo que si siento, es que cualquier tipo de pasión es bella en si misma, es amor del grande y si es amor del grande y abre corazones, si une a personas de distintas edades, de distintos paises, de distintas culturas, entonces bienvenido sea.

Sentir pasión por algo es recibir la vida con todo su esplendor, es estar dispuesto a emocionarse, es exponerse a ser "tocado". Estos días, los colores de los trajes de los nazarenos pequeños y grandes, el sudor de los costaleros, el sonido de los pasos en silencio recorriendo las calles estrechas adornadas de flores y velas, a mi... me ha emocionado. La espera en una plaza cualquiera entre la multitud, hasta oir abrirse una puerta de una iglesia cualquiera, y ver salir con la respiración contenida, a una virgen preciosa engalanada hasta el alma, navegar por encima de los seres humanos y recorrer un camino de ida y vuelta a casa, ha sido un espectáculo precioso.

Buenos días primavera, atrás ha quedado el olor a incienso y azahar, ahora toca navegar el día a día buscando, en todo lo que hagamos, la esencia y la pasión de lo que somos. Feliz mañana