jueves, 31 de enero de 2013

Donde quiera que llegues... ahí estás.


Parece sencillo ¿verdad?... pero muchas veces no lo es.
Aceptar donde estamos sin resistencia aumenta nuestra fuerza interior porque resistirse es debilitarse, es darle motivos al ego para luchar con la mente y desde la mente somos mucho más vulnerables.
Acepto. Acepto lo que hay, donde estoy y el lugar al que he llegado que es solamente hoy, sin resistirme.

Me pongo blando y no lucho. Acepto incluso que me cuesta aceptar. Me rindo.
Rendirse no es perder, rendirse es fluir, es no oponerse, es no resistirse. El ego no puede sobrevivir a la rendición. Rendirse es de valientes porque no hablamos de entregar el poder a otro, no hablamos de doblegarse ante otro, hablamos de aceptar lo que hay. Cuando hace mucho frío, me rindo ante el frío, me pongo suave, blando, me relajo y entonces siento menos frío, pero si me quejo, si me resisto, el frío aumenta y me desespera.

La aceptación y la rendición me aportan equilibrio y el equilibrio me aporta paz.

Cualquier situación ante la que nos encontremos tiene una solución, una vía para sentirse mejor, y esa vía es la rendición. Mírate en el espejo y dí, está bien, me rindo, acepto. Pruébalo, se siente una inmensa paz, una sensación de no tener que seguir luchando, un descanso inmenso. Y si te cuesta, acéptalo también, acepta tu resistencia a aceptar, ¿qué lío no? Si, pero no importa, rindete y acepta y eso te convertirá en un ganador.

almufuentes@gmail.com

miércoles, 30 de enero de 2013

Tocar la pata de un elefante, es solo tocar una parte de él


Había una vez un reino lejano que tenía una extraña peculiaridad: todos sus habitantes eran ciegos. Por aquel entonces se hablaba de la existencia de un misterioso animal que todos perseguían y nadie podía describir. Solo conocían su nombre: Elefante.

Sucedió que un otoño, viniera un rey acompañado por su cortejo y acampó con su elefante cerca del lugar. Los habitantes más atrevidos, no pudieron resistir la tentación de ir a palpar al animal.
A su regreso al reino, todos aguardaban para conocer las explicaciones que traían.
El que había palpado la trompa dijo: "Puedo jurar por el honor de mi estirpe que es como un tubo recto y hueco, horrible y destructivo". Le siguió el turno al que había palpado la panza: "Yo sé la verdad, es una masa enorme, abultada e inabarcable. Permanece tranquila y parece moverse con lentitud". Por fin le llegó el turno al que había tocado las patas: "Es poderoso, recto y firme como un pilar. Os lo juro".

Las creencias que tenemos, es decir lo que conocemos de cada cosa, nos hace muchas veces mantenernos firmes en nuestras posturas, creyendo que todo es tal y como nosotros lo vemos. Sin embargo, aceptar el punto de vista de otros, nos permite conocer más cosas y enriquecernos.

Hoy he pensado cuántas cosas veo yo desde mi corta vista y pongo mi intención en aceptar lo que otros ven, pues como en el cuento de el elefante, no hay verdades absolutas, nada es tan real como lo creemos, todo depende de la vivencia de cada uno y en definitiva de la parte de "ese elefante" que cada uno hemos tocado. A partir de ahora, cada cosa que forma parte de mis creencias, la consideraré no como "lo único" sino como parte de un todo que no es necesario defender con uñas y dientes.

El cuento de El elefante ésta mañana, me ha vuelto a dibujar una sonrisa. Feliz mañana.

almufuentes@gmail.com


lunes, 28 de enero de 2013

A la distancia adecuada


El Universo nos provee de continua sabiduría. El sol por ejemplo está a la distancia correcta de la tierra, si estuviera más lejos, nos congelaríamos, si estuviera más cerca, nos quemaríamos.

Eso mismo nos ocurre con todo en la vida, la familia, el trabajo, los hijos, los amigos, la pareja...
Colocarse a la distancia adecuada es un ARTE, un arte que se va aprendiendo poco a poco, a base de fallar y volver a intentarlo.

Los seres humanos tenemos una clara tendencia a los extremos, por ese motivo, en muchas ocasiones nos movemos entre el frío extremo y el calor abrasante, pero lo cierto es que "estamos muy bien hechos" y si ponemos consciencia y atención, somos capaces de encontrar esa posición media llamada equilibrio.

Equilibrio entre amar y odiar, entre descuidar y sobre proteger, entre no estar en el trabajo o convertirlo en el único objetivo de nuestra vida. Equilibrio entre comer o ayunar, entre dormir un montón de horas o apenas pegar ojo, entre convertirnos en obsesos del deporte o no subir ni siquiera las escaleras. Equilibrio entre el orden extremo o el desorden absoluto, entre hablar por teléfono varias veces al día con una amiga y olvidar a otras, entre hablar sin parar o encerrarnos en un rincón...

El arte de encontrar la distancia adecuada está en cada uno de nosotros, como una gran lente que enfoca o desenfoca, que acerca o aleja... eso hoy, me da la oportunidad de ver algunas cosas de una manera diferente.

almufuentes@gmail.com

domingo, 27 de enero de 2013

Cuando sea muy mayor quiero...



Cuando sea muy mayor quiero:

Estar en paz con mis hijos y que no sientan que soy una obligación para ellos. Que me visiten cuando lo deseen y abrazarles haciéndoles saber que mi amor es incondicional, prometo no obligarles a comer lo que no quieren, esa galletita con la que las personas mayores a veces se ponen muy pesadas y que en ocasiones agobia... esa ensaladilla rusa que tanto trabajo me ha costado, y que se convierte en un hábil juego de manipulación. Quiero escucharles con atención cuando quieran hablar y silenciar cuando no lo deseen. Amar a mis nietos y respetar la personalidad de cada uno de ellos, no ser pesimista y acompañarles en sus historias cotidianas.

Quiero intentar no dormirme horas y horas en la butaca de orejeras, evitar engancharme el día entero en los programas de la tele. Quiero no caer en el cotilleo de lo ajeno, evolucionar con mis hijos y mis nietos  sin juzgar sus vidas. Recordar donde puse mis gafas y seguir saliendo con mis amigos a sentarme en un banco para hablar de la vida, tomar el sol y reírnos.

Para conseguir todo eso, tengo que comenzar ya a descubrir esas cosas que me gusta hacer, crear buenos vínculos con compañeros amorosos y positivos, ser más paciente y no caer en las exigencias. Romper la pereza y crear planes que nos den la oportunidad de reunirnos más de vez en cuando de lo que lo hacemos. Quiero ser una viejecita adorable, que cuente historias a quien quiera escucharme, quiero ser una anciana valiente y sobre todo haber vivido con mucha consciencia.

almufuentes@gmail.com

Mi rama


Cuando yo era pequeña iba a un colegio a 40 kilómetros de Madrid, en pleno campo. No sé bien si las obras no habían finalizado o si el dinero se les había acabado a esos padres y religiosas que lo crearon, el caso es que más allá del edificio blanco con grandes ventanas, no había ninguna limitación. Cada mediodía después de comer, nos adentrábamos entre las jaras, amapolas, charcas con renacuajos y moreras.

En la rama de una enorme morera pasé muchas horas sentada hablando con mis amigas e incluso algunos días yo sola. Tengo en mi recuerdo momentos que pasan frente a mi de aquella niña de pelo largo que  jugaba con las espigas y los gusanos de seda, que veía pasar las estaciones del otoño al verano con la inmensa suerte de oler permanentemente a campo.

Esa es la rama en la que me visualizo en muchas ocasiones. Los niños no piensan en que pueden caerse, solo están, solo se atreven. Siento que en realidad lo que ocurre es que cuando miramos lo que puede pasar ponemos en marcha los miedos, pero si nos centramos solamente en lo que estamos haciendo, en el aquí y el ahora, somos capaces de disfrutar sin temores.

almufuentes@gmail.com

viernes, 25 de enero de 2013

Flora y yo


Flora es un nombre inventado como todo y además no inventado por mi, también como todo. Es un nombre que no me recuerda a nadie y que me vino a través de una buena amiga, una gran maestra, como casi siempre. Flora es mi mente, yo... soy Almu.

Pero las dos somos una y a la misma vez somos dos... ¿qué lío no?

Almu necesita a Flora y Flora necesita a Almu. No podemos separarnos, estamos juntas en ésta aventura y amarnos, respetarnos, aceptarnos, convivir es el gran objetivo.

Flora es la portadora de los miedos, de las creencias, tiene una memoria asombrosa, es a veces rencorosa, rabiosa, débil, criticona, egocéntrica, pero a la vez es la que toma nota de nuestras experiencias y me avisa de un montón de cosas que no recordaría si no la tuviera. Almu es compasiva, amorosa, generosa y carece de memoria para recordar lo malo.

A veces nos enfadamos, no nos ponemos de acuerdo, a veces una domina a la otra y perdemos el equilibrio.
Confieso que hay momentos en los que le digo que se calle, que estoy cansada de ella, e intento ocultarla, esconderla, acogotarla, pero se que somos un equipo, amarradas por los pies como dos siamesas que no pueden hacer casi nada la una sin la otra y cuando eso ocurre, Almu se hace un poco más consciente y comprende que no hay culpa en Flora, ni mala intención, es mi gran pareja, tal vez la única, mi dualidad, mi amiga, mi compañera y por qué no reconocerlo... la quiero.

Cuando la abrazo y le digo que la quiero, Flora es más feliz y eso revierte directamente en las dos. Hoy ser consciente de mi Flora me ha dibujado una sonrisa. ¡Feliz fin de semana!

almufuentes@gmail.com



jueves, 24 de enero de 2013

Crear un rincón y darle magia


Merece la pena pararse a observar, cuál es el espacio de mi casa en el que mejor me siento. Muchas veces, colocamos los muebles, las camas, de la forma que mejor encajan en las habitaciones, pero no de la forma que mejor disfrutamos, por ejemplo de la luz, o de una bonita vista.

Cuántas veces las terrazas se convierten en una especie de trastero en el que vamos amontonando todo lo que no nos atrevemos a tirar, sin embargo, si le ponemos un poco de ilusión y una pizca de magia, podemos crear en una terraza muy pequeña un espacio que nos aporte mucha felicidad. Unos cojines, unas flores, una manta y transformaremos con nuestra imaginación un rincón que antes no nos decía nada.

Soñamos con grandes espacios en los que disfrutar, pero nos cuesta disfrutar de lo que ya tenemos.

Las casas están llenas de lugares que pueden transformarse, solo es cuestión de poner atención y sin necesidad de ser decoradores, simplemente con consciencia e ilusión, podemos, como con una varita mágica crear para nosotros lugares amorosos.

Cada vez que me recuerdo ésto... avanzo, creo, sueño y me siento un poco más feliz.


miércoles, 23 de enero de 2013

¡El Universo juega con nosotros!



Os acordáis de aquel juego de cuando éramos pequeños: el frío frío-caliente caliente? Recuerdo que cerrábamos los ojos y contábamos hasta diez, entonces una amiga escondía algo, por ejemplo una pequeña caja y la teníamos que encontrar. Cada vez que te acercabas al lugar escogido sin saberlo, tu amiga se reía y te decía CALIENTE CALIENTE y cuando te alejabas del lugar del objeto escondido, entonces te decía FRÍO FRÍO y así hasta que lo encontrabas. Os acordáis?

Pues el Universo juega a éste juego con nosotros TODOS los días. La única diferencia es, que en vez de decirnos frío frío o caliente caliente, nos habla a través de nuestras emociones. Por eso, cuando nos sentimos tristes o enfadados, es FRÍO, FRÍO, significa que nos estamos alejando de lo que verdaderamente es positivo para nosotros, y por el contrario, cuando estamos felices y nos sentimos bien, es CALIENTE, CALIENTE, significa que estamos acercándonos a lo positivo.

A partir de ahora, cada vez que me llegue una emoción... voy a sentirla para ver si es frío o es caliente, no importa lo que opinen los demás, qué más da lo que debería... en realidad importa tu emoción, lo que tu sientes por dentro y ahí, no podemos decir que no tenemos ayuda. Cerrando los ojos y sintiendo las pistas del juego, sabremos cuál es el camino.

Las emociones negativas y positivas, son señales del Universo, que como en un gran juego de niños, nos señalan si vamos bien, o si tenemos que cambiar de rumbo inmediatamente. Cambiar de inmediato no significa abandonar, pero sí que llega el momento de cambiar algo negativo por algo más positivo.

almufuentes@gmail.com



viernes, 18 de enero de 2013

Mi lobo y mi cordero: mi dualidad


Somos un poco de todo, generosos, egoístas, amorosos, huraños, compasivos, rencorosos, pacientes, impetuosos... Observar y aceptar todo aquello que nos conforma, que tenemos en nuestro interior, nos va poniendo poco a poco en paz con nosotros mismos.

Pero nos pasamos la vida tratando de ocultar a los demás aquellas partes que no aceptamos, partiendo de la creencia de tener que ser simplemente "perfectos".

Siento que nuestras cosas buenas y malas son igualmente importantes. No existiría la noche si no existiera el día. No valoraríamos unos días de vacaciones si no existieran los días de trabajo. No agradeceríamos un día maravilloso de un sol espléndido si no existieran los días lluviosos... no veríamos lo bueno en nosotros mismos ni en el otro, si no existieran "esas otras cosas que tratamos de ocultar".

Cada mañana, nos ponemos frente al mundo observando aquello bueno y malo que sucede, respiramos aliviados cuando el camino de ida al colegio de los niños se encuentra menos atascado que otros días, cuando el vecino que aparca justo al lado mío se ha marchado antes y me cuesta mucho menos salir con el coche... todo es una comparación entre lo bueno y lo malo.

Cada cosa que tenemos nos ofrece una posibilidad, no es fácil agradecer lo malo, sin embargo nos trae siempre un gran aprendizaje. Cuando miramos hacia atrás o recordamos, podemos comprender muchas cosas que hemos conseguido no sin antes haber pasado por momentos malos y complicados.

La religión nos ha dicho que es malo ser egoísta, malo ser impaciente, malo ser ambicioso... pero yo siento que ante la impaciencia tengo la posibilidad de aprender la paciencia, que ante la ambición tengo la posibilidad de darme cuenta de que "tener" no es el único camino.

Hoy agradezco todo lo que soy, el lobo y el cordero, lo bueno y lo malo, pero no solamente eso, sino que además abrazo a mi lobo que cumple una misión importantísima en mi vida y estoy segura de que mi lobo se siente mejor con mi abrazo que con mi desprecio.

almufuentes@gmail.com


jueves, 17 de enero de 2013

Nada es real, todo es como lo percibimos


Todo lo que creemos es a la vez verdadero y falso, porque aquello en lo que creemos tiende a cumplirse.
Si lo pensamos y lo sentimos, nos damos cuenta de que nada es real, todo es una interpretación nuestra. Por ese motivo sobre el mismo hecho, hay personas que ven una cosa y personas que ven otra bien diferente.

Cuando estamos ante una situación, es nuestra decisión mirarlo de una forma o mirarlo de otra.
Podemos encontrar en un dolor una gran tristeza o una gran oportunidad para crecer.

Nuestro estado natural es la paz, pero nuestro estado mental es el conflicto. Por eso, ante cada situación es bueno preguntarse: ¿qué elijo paz o conflicto?

Deseo subirme al mundo y saber que cada cosa que me ocurre me da la inmensa posibilidad de crecer. Deseo ser observador de aquello que ocurre y darme cuenta de que mi mente crea imágenes no reales que vienen condicionadas por mis creencias, por mi educación, por mi genética o por mi experiencia personal.

Ser consciente de ésto hoy me abre una gran oportunidad, la de elegir si quiero ver en mi a un ser humano que pasea tranquilamente más allá de lo que ocurra, o a un guerrero dispuesto a la batalla. También me da la posibilidad de observar mi percepción sobre ese pájaro que vuela tranquilamente y que en muchos casos, se convierte en un dragón contra el que pelear, aunque en realidad sea un animal inofensivo.

almufuentes@gmail.com

miércoles, 16 de enero de 2013

Salir de la queja y valorar lo que tenemos


Es incompatible la queja con el agradecimiento. O hacemos una cosa, o hacemos la otra. Cuando nos quejamos, nos estamos contando la historia de una manera negativa y cuando agradecemos, estamos haciendo justo lo contrario.

Hoy me he levantado dispuesta a valorar lo que tengo, a veces no es fácil, porque la queja salta como un monigote sobre nuestras espaldas, pero si conseguimos dejarla a un lado, somos capaces de poner la luz y el foco en cuántas cosas tenemos que no miramos a diario.

Poniendo consciencia, me doy cuenta de el saludo de mi portero, siempre amable y cariñoso, de la música que guardo en mis archivos y que a veces no tengo tiempo de escuchar, de los libros que aún no he leído y que abultan las estanterías, de la luz que entra por las ventanas... si, tal vez podríamos tener un montón de cosas más, pero pensemos que también podríamos tener un montón de cosas menos.

Llevar a mis hijos al colegio, desayunar con ellos, disponer de un coche para moverme, disfrutar de alguna emisora que me arranque una sonrisa, la ducha relajante, el gel que más me gusta, la ropa planchada, el té de frutas del bosque que había olvidado que compré hace tiempo, el encontrar mis llaves sin problemas porque he conseguido tener algo de orden... y un montón de pequeños detalles más, me han hecho comprender que soy afortunada y que valorar lo que tengo, aunque parezca algo sin importancia, te pone una sonrisa en la cara y en el alma antes de subirte al mundo.

almufuentes@gmail.com

lunes, 14 de enero de 2013

¿En qué consiste la magia?


Única y exclusivamente, en restablecer la libertad, devolverla, para poder ver, oír, andar, vivir, crear, ir tras un ideal y ser verdaderamente uno mismo.

Cada ser humano es un milagro en sí mismo, en cada creación de un nuevo ser, se sucede el milagro. Somos portadores de una magia legítima, a veces olvidamos la autorización que tenemos para ejercer nuestra propia magia, la de generar vida, la de crear arte, ideas, sueños...

Recuperemos la libertad o nuestra magia sagrada para recuperar el vuelo, trascender la duda, el miedo, la apatía, incluso a veces, la desesperación, en definitiva, recuperemos el movimiento de nuestras alas petrificadas.

Nos quitan la magia personal, las obsesiones, las depresiones, la tristeza, el miedo, el vivir en el pasado o en el futuro, pero no en el ahora. Solo podemos hacer magia en el AHORA, en el aquí, es lo único que tenemos, ser conscientes de ello, es un largo trabajo.

Es nuestra responsabilidad, que el milagro siga existiendo, que no se extinga la esperanza, la caridad, la compasión, el perdón y sobre todo el AMOR.

Pensar en la magia hoy, me ha hecho más feliz.

almufuentes@gmail.com

jueves, 10 de enero de 2013

Aprendo, me cuesta pero aprendo


Dicen las estadísticas que un bebe se cae una media de 1.800 veces antes de aprender a andar con cierta soltura, y que ese patrón esta grabado en nuestro inconsciente. ¡Qué alivio!
Nos cuesta aprender, pero cuando aprendemos, ¡somos increíbles!, solo tenemos que fijarnos a la velocidad a la que andamos, ¡con lo que nos ha costado y ya ni lo recordamos!

Después de éste dato estadístico, me siento tranquila, tengo aún muchos intentos para:

aprender a no exigirme en exceso,
a valorarme un poco más,
a comprender que las cosas a veces me cuestan,
a quererme mejor,
a cuidarme con más atención
a no enredarme en pensamientos que no me aportan nada,
a ser mas humilde, menos mandona,
a no abandonar lo que empiezo,

Tengo que aprender también

a no abordar la nevera cuando estoy nerviosa,
a atender a mis hijos con todos los sentidos... a veces me cuesta,
a superar mis miedos existenciales,
a divertirme más,
a poner más atención en mi orden,
a comprender a los que me rodean,

Hoy, la foto de éste niño rodeado de espaguetis, aprendiendo a comer, me ha recordado que me quedan muchas oportunidades para volver a intentarlo, que cada intento estoy un paso más cerca... que tengo espacio para aprender lo que me cuesta, que nadie me persigue ni me evalúa, que soy libre para equivocarme y volver a levantarme y eso... me hace un poco más feliz.

almufuentes@gmail.com

miércoles, 9 de enero de 2013

El bar de la esquina...


El bar de la esquina forma parte de nuestra vida más cotidiana y no somos conscientes.
Ese espacio familiar al que entras con cierta frecuencia, esa sonrisa del camarero que te conoce, que te recuerda, que sabe como te gusta el café o te invita a una taza de caldo una noche de mucho frío...

El bar de la esquina, que cambia de aspecto en verano y "le crece de pronto" una terraza y en navidades pone un pequeño adorno simbólico de las fiestas... ese lugar al que vas a conversar con amigos o simplemente a estar un rato contigo mismo. Ese espacio que reconoces tan bien, que es un poco una segunda casa, con otros vecinos a los que tú también sonríes porque os une un mismo deseo: pasar un rato agradable en el bar de la esquina.

Hoy, pensar en el bar de la esquina, me ha traído buenos recuerdos y me he dado cuenta, de que no soy lo suficientemente amable con el habitante o habitantes del bar de la esquina. A partir de hoy, trataré con más consciencia a ese camarero que, hasta tal vez, conoce más cosas de mi de las que me gustaría: alguna lágrima, alguna discusión acalorada, algún abrazo inesperado... Si, pensar en el bar de la esquina hoy, me ha hecho un poco más feliz.

almufuentes@gmail.com

martes, 8 de enero de 2013

El placer de un baño caliente con consciencia


Confieso que pocas veces me lo concedo, pero ¡qué placer tan increíble cuando lo hago! Solamente escuchar el chorro de agua llenando mi bañera hace que me ponga nerviosa, a mi me encanta el agua muy caliente, ya sé que no es bueno, pero hoy hablo de puro placer emocional.

Un chorrito de algún jabón que huela muy bien y meterse poco a poco dentro del agua con espuma hasta tumbarse apoyando la cabeza en el borde.

Es verdad que no es tan cómodo como lo pintan las películas, pero tal vez mi problema sea que quiero hacer demasiadas cosas, también en la bañera, entonces, viene cuando se me moja el libro, no puedo pasar la página, intento pasarla con la nariz y acabo teniendo que buscar una toalla sacando el brazo helado del agua caliente...

El próximo baño que me regale será con más consciencia. Sin hacer nada, con alguna vela enfrente para tener presente el elemento fuego y observar como relaja... Un puñado de sal dentro del agua para darme energía y cerrar los ojos sin más ambición que la de respirar y fluir.

Un baño caliente y consciente... aporta mucha felicidad y ¡un inmenso placer!
¿Hace cuánto no te lo das?

almufuentes@gmail.com



lunes, 7 de enero de 2013

Jugar a meditar...


Lo he tenido tantas veces entre mis cosas pendientes: meditar, meditar, meditar... ¿Qué será eso de meditar? ¿será eso que hacen los que se rapan la cabeza y se visten con túnicas naranjas? O... ¿serán esas posturas tan extrañas en las que se ponen algunas personas y que desde luego para mi son imposibles del todo?...

No tenía ni idea, esa es la verdad... y para ser del todo sincera, lo de meditar, hasta me caía un poco gordo, Iba a resultar que todos los problemas, todas las angustias, todos los dolores... se resolvían ahora con eso de meditar. 

La primera vez que entré en una sala de meditación fue en Kay Zen sede de la Escuela de Terapia Transpersonal en El Escorial. Me asombró la paz que transmitía aquel espacio y justo en esa visita, me propuse intentarlo. Dicen que cuando estás preparado para aprender, aparece el maestro y en mi caso así fue. La meditación se instaló en mi como parte de mi rutina diaria, poco a poco ha ido ganando espacio y espacio, hasta el punto de haber creado un rincón en mi casa abierto a la práctica de la meditación.

Y ahora, yo juego a meditar, y juego porque me siento bien haciéndolo, me siento libre, mi voluntad quiere, dice el Mago del Tarot que tenemos que convertir el trabajo en juego y yo os lo recomiendo: JUGAR A MEDITAR. ATREVEROS

Bases de mi juego:

Para mi meditar es crear un espacio cómodo en el que me siento literalmente, a no hacer nada. Para ese espacio me he comprado unas colchonetas en Decathlon y unos zafus rellenos de semillas (www.canalbienestar.com), además me pongo una vela en el centro y me acompaño con un incienso (recomiendo el olor a sándalo).

Yo me suelo poner música (recomiendo "Om tare tuttare ture soha" de Mercedes Bahleda que dura 10 minutos aprox. o si os atrevéis con mas "Hymn to the divine mother Akasha" de Devi Prayer, con una duración de 21 minutos es sencillamente una maravilla.

Cuando me siento a meditar no hay normas, trato de estar cómoda, relajada, recordarme que ese rato es para mi. Nadie me juzga si lo hago bien o mal, no me importan, con todo mi respeto hacia ellas, ni las escuelas ni las posturas... cuando medito me siento libre para pensar o no pensar, para sentir o no sentir, para llorar o sonreir para imaginarme lo que yo quiera, lo que me atreva, para visualizar o recordar, para imaginar, para descansar, incluso para dormir.

Medito con mis hijos y también con mis pacientes, incluidos los niños, medito acompañada de mis perros, de mis amigos o sola. Medito cuando me siento feliz o cuando estoy cansada, medito cada día porque para mi meditar es ya parte de mi vida. 

Jugar a meditar...  aporta mucha felicidad.


almufuentes@gmail.com

viernes, 4 de enero de 2013

Aprender a silenciar


Cuánto hablamos muchas veces y que poco practicamos el silencio.
Hace un tiempo para mi, silenciar era sinónimo de "problema", si alguien estaba enfermo tenía que haber silencio, si estábamos enfadados también estaba el silencio de por medio...
Por suerte, mi camino personal, me llevó a encontrar el "silencio consciente" sin motivo ni causa aparente.
Desayunar en silencio, comer en silencio, cenar en silencio... es sencillamente una maravilla.

Apagar la tele, la música, las palabras, escuchar al silencio que tiene tanto que contarnos es una herramienta que nos aporta mucha felicidad, mucha paz, mucha serenidad.

Necesitamos el silencio, al igual que necesitamos comer, dormir, beber o amar. ¿Cuánto le dedicas al silencio? ¿poco? REGALATE SILENCIO y te estarás haciendo un regalo mágico.


Y no, el silencio no está solamente en el Tibet, no hay que raparse la cabeza ni ponerse una túnica, el silencio lo creas tu en cualquier momento... está ahí para ti y para mi. Vamos a disfrutarlo.

almufuentes@gmail.com

Recibir un nuevo año con curiosidad


Acaba de empezar y para algunos, ya habrá signos de que va a ser mejor que el pasado, tal vez para otros hay vestigios de que va a ser igual y para muchos otros habrá curiosidad por lo que va a pasar.

Todo depende de nosotros, de la forma en la que lo miremos, como siempre, ¡qué pesada! todo depende de uno mismo... pero es que es cierto. Si vemos el nuevo año con oportunidades, con serenidad, con calma, con paciencia, con consciencia, entonces nos sentiremos bien. Si por el contrario lo vemos con pesimismo, lo crearemos así.

El nuevo año es en realidad, un nuevo día que vivimos, una nueva oportunidad de conocer a personas, de crear afectos, de hablar con aquellos con los que se nos quedaron temas pendientes, de esperar al que está lejos, de superar los dolores, de aceptar quien somos. Un nuevo día para contemplar lo que nos rodea, para mirar con ojos nuevos, para sorprendernos, para emocionarnos, para abrazar, para regalar con amor, para desayunar con detalles, para practicar el silencio, para disfrutar.

Abrir la puerta cada día y darnos cuenta, de que tenemos una nueva oportunidad es un maravilloso regalo, aprovecharlo depende de nosotros.

almufuentes@gmail.com

jueves, 3 de enero de 2013

La soledad


La soledad es para muchas personas "la bestia negra", dicen algunos psiquiátras, que no hemos superado el trauma de la separación de nuestra madre... puede ser, ¡qué más da! Lo cierto es, que cuando estamos solos, a veces se nos cae el espejo en el que nos miramos y nos peinamos mal, como ésta niña tan bella pero con una mirada tan triste y solitaria que dan ganas de abrazarla.

Tememos la soledad porque creemos que en ella no hay amor y sin amor, intuimos que es imposible vivir. Siempre que hablo de soledad, recuerdo a Ortega Lara, ¡qué solo se debió sentir tantos días encerrado! Entonces, seguramente aprendió a estar consigo mismo y a trascender el momento de soledad, seguramente también se imaginó a sí mismo liberado y con los suyos. Esa es la clave. Aprender a estar con uno mismo e imaginar.

Cuando nos sentimos solos, tenemos ante nosotros la gran oportunidad de aprender a ESTAR CONMIGO, es un fruto a veces complicado de tomar, pero no lo veamos como una tragedia, sino como una oportunidad, no huyas de la soledad, adéntrate en ella, trasciéndela, siéntete vulnerable, mira a ver lo que hay en el fondo de esa soledad y te verás a ti mismo, verás a tu niño, verás tu esencia.

Entonces abrázala, dale al botón de las alas y a volar.

almufuentes@gmail.com

martes, 1 de enero de 2013

Amar con una nueva mirada


El amor está siempre aquí, dentro de nosotros. Hoy voy a mirar al Amor con una nueva mirada.
La mayoría de las veces buscamos en el amor a otro la felicidad que no tengo, proyectamos en el otro una fantasía que no dura mucho, porque también necesitamos que la persona amada no se mueva del sitio en el que la colocó nuestra fantasía. Y eso no es posible, porque somos seres cambiantes cada día. Entonces si yo amo a alguien pero no acepto que cambie, estoy robando su libertad. No hay amor sin libertad, el amor sin libertad es dependencia.

Una bonita y sana manera de amar bien, es partir desde lo feliz que yo soy, no desde la felicidad que busco. Saber que yo soy amor, no que el amor viene del otro que me cuida, que me admira, que me anima, que me protege... y cuando desaparece, siento que me muero.

El verdadero amor nos libera, el imaginario nos ata.

almufuentes@gmail.com