Psicóloga, especialista en Bioneuroemoción (2014) Terapeuta Transpersonal Profesora de la Escuela Española de Desarrollo Transpersonal. Facilitadora de Círculos de Mujeres.
viernes, 18 de enero de 2013
Mi lobo y mi cordero: mi dualidad
Somos un poco de todo, generosos, egoístas, amorosos, huraños, compasivos, rencorosos, pacientes, impetuosos... Observar y aceptar todo aquello que nos conforma, que tenemos en nuestro interior, nos va poniendo poco a poco en paz con nosotros mismos.
Pero nos pasamos la vida tratando de ocultar a los demás aquellas partes que no aceptamos, partiendo de la creencia de tener que ser simplemente "perfectos".
Siento que nuestras cosas buenas y malas son igualmente importantes. No existiría la noche si no existiera el día. No valoraríamos unos días de vacaciones si no existieran los días de trabajo. No agradeceríamos un día maravilloso de un sol espléndido si no existieran los días lluviosos... no veríamos lo bueno en nosotros mismos ni en el otro, si no existieran "esas otras cosas que tratamos de ocultar".
Cada mañana, nos ponemos frente al mundo observando aquello bueno y malo que sucede, respiramos aliviados cuando el camino de ida al colegio de los niños se encuentra menos atascado que otros días, cuando el vecino que aparca justo al lado mío se ha marchado antes y me cuesta mucho menos salir con el coche... todo es una comparación entre lo bueno y lo malo.
Cada cosa que tenemos nos ofrece una posibilidad, no es fácil agradecer lo malo, sin embargo nos trae siempre un gran aprendizaje. Cuando miramos hacia atrás o recordamos, podemos comprender muchas cosas que hemos conseguido no sin antes haber pasado por momentos malos y complicados.
La religión nos ha dicho que es malo ser egoísta, malo ser impaciente, malo ser ambicioso... pero yo siento que ante la impaciencia tengo la posibilidad de aprender la paciencia, que ante la ambición tengo la posibilidad de darme cuenta de que "tener" no es el único camino.
Hoy agradezco todo lo que soy, el lobo y el cordero, lo bueno y lo malo, pero no solamente eso, sino que además abrazo a mi lobo que cumple una misión importantísima en mi vida y estoy segura de que mi lobo se siente mejor con mi abrazo que con mi desprecio.
almufuentes@gmail.com