jueves, 20 de diciembre de 2012

¡Protejamos a nuestros niños de éste mundo de locos!


Paula tiene 7 años, de momento es un "fracaso escolar" porque no lee las 44 palabras por minuto que tendría que leer para su edad... ¿PERO ESTAMOS LOCOS?

Juan tiene 8 años y le acaban de diagnosticar un TDH muy leve, el colegio fuerza a sus padres a llevárselo o a medicarle... ¡ESTAMOS LOCOS!

Silvia tiene 11 años y no le interesan las matemáticas porque no se las enseñaron bien, ahora sus padres le han puesto a petición de su profesora, 4 horas a la semana de clase particular al volver a casa,en el colegio la sacan de su clase para hacer refuerzo de matemáticas con 5 niños más y sus resultados en matemáticas siguen siendo muy bajos. Se acuesta por las noches asustada y con miedo a los exámenes, su pasión es bailar, pero no le queda tiempo, casi no se lo permiten... ESTAMOS LOCOS

Claudia tiene 15 años y se pasa 9 horas en el colegio y 4 horas estudiando en casa... ESTAMOS LOCOS

Carlos tiene 6 años y molesta en clase porque es un niño de altas capacidades que se aburre soberanamente, pasa su tiempo siguiendo moscas y fabricando figuras de papel... está permanentemente castigado sin recreo y amonestado por su profesora en presencia de sus compañeros. ESTAMOS LOCOS

Daniel tiene 9 años y por más que se esfuerza en sacar una buena nota para sentirse satisfecho, su profesor suma religiosamente las décimas en los exámenes y le pone puntuaciones como 4,8 sin ninguna compasión.

Isabel tiene 46 años, es coach y trata de ayudar a las empresas a ser grandes lugares de trabajo dando importancia a sus trabajadores como seres humanos y no como máquinas. Le pagan para buscar dentro de los empleados la creatividad, la imaginación, el ingenio, fortaleza individual ... ¡ESTAMOS LOCOS!

¿Qué estamos haciendo?

Los niños tienen que ser todos iguales, ni mejores ni peores, estamos siguiendo el modelo prusiano y la sensación entre los padres es que ESTAMOS LOCOS.

Somos muchos los que nos sobrecogemos al dejar a nuestros hijos en un sistema educativo que no tiene ni pies ni cabeza, que no cuenta con el individuo, al que le importa un carajo como son Paula, Juan, Silvia, Claudia, Carlos o Daniel, cuales son sus fortalezas, justo lo que Isabel (la coach) intentará sacar de los mismos niños cuando abandonen el patio del colegio y formen parte de una empresa.

Los niños no son felices, se aburren en clase, se cansan de tantas horas, de tantos deberes, de tantos ejercicios, de tantos exámenes, de tan poco tiempo libre, de tantas exigencias, de tan poco cariño, ¡son niños por el amor de Dios, pero no son tontos! Si tan solo nos atreviéramos a escucharles, a saber qué es lo que piensan de sus vidas, de esos ejércitos de los que forman parte obligatóriamente, de ese madrugón matinal que les empuja como ganado a ser simplemente una nota...

Estamos locos los mayores por permitir lo que estamos permitiendo, luego mirando hacia otros mundos y sintiendo compasión...


Y yo me pregunto... ¿qué niño es más feliz?

A mi me da miedo escuchar a mis hijos, me "acojono" literalmente cuando les veo cargados como mulas con montones de libros de texto a sus espaldas, llenos de obligaciones y pendientes de una nota.

Nuestros hijos no son notas BASTA YA, no quiero pasarme la vida peleándome con ellos para que se sienten a estudiar, no quiero que sientan que solo miramos las notas que les ponen, no quiero que se acuesten asustados por las puñeteras notas o los puñeteros exámenes que se estudian como papagallos para olvidarse al día siguiente. Es cruel evaluar permanentemente a un ser humano, es maltrato...

¿Por qué no lo cuentan los telediarios?

En la clase de Perico premian al niño que más libros lea con una bolsa de chucherías, todos compiten por leer el mayor número de libros posible, pero no por los libros, sino por las chucherías... ESTAMOS LOCOS.

Estamos haciendo a nuestros niños competitivos, generando envidias entre ellos, separando a los niños de las niñas, estableciendo baremos como "niños buenos" y "niños malos" y luego nos horroriza que lapiden a mujeres... Por supuesto que tenemos que horrorizarnos por la maldad hacia los seres humanos, pero miremos más cerca, en nuestra propia casa, en casa de nuestra hermana, de nuestro amigo... Miremos a esos padres que se tienen que sentar a estudiar con sus hijos para sacar una buena nota entre los dos, a esa madre que conoce perfectamente el material que le han quitado a su hija en el colegio porque se sabe de memoria su estuche, la pobre madre se ha gastado tanto dinero al inicio del curso en tantas cosas innecesarias,  que no puede permitirse comprar y comprar sin parar...¡ para una niña de 10 años!

Tratamos mal a los niños, no les tenemos en cuenta, no comprendemos que son únicos, especiales, seres humanos, son soldados uniformados y cargados con macutos en busca de un resultado para que la sociedad se quede tranquila.

Y ¿qué podemos hacer?

Revisar las expectativas que tenemos sobre nuestros hijos, no permitir que les midan con un metro como el del parque de atracciones, en el que si llega a la altura puede subir y si no llega o se pasa, tiene que quedarse en tierra.
Defender la individualidad de nuestros hijos, darnos cuenta de que no hay fracaso escolar, sino poco interés por lo que se aprende.
Animar a nuestros hijos a protestar como individuos, a rebelarse y apoyarles.
Buscar el que aprendan y disfruten haciéndolo.
Cerrar los libros obligatoriamente a una hora establecida.
Darles días de asuntos propios o ¿es que ellos no tienen derecho a estar un día agotados?
Vamos a quitarles la presión de las notas, a convencerles de que lo único que tienen que hacer es aprender y disfrutar.
Vamos a mostrarles el camino YA y a no esperar a que lo tengan que encontrar con una Coach en el futuro (todo mi amor y respeto hacia ésta magnífica profesión), o con un Terapeuta cuando ya no puedan más.

Vamos a liberar a nuestros hijos, NO IMPORTAN LAS NOTAS, IMPORTAN NUESTROS NIÑOS que en definitiva son el futuro.

almufuentes@gmail.com