lunes, 17 de diciembre de 2012

Discutir con colores


Discutir forma parte de nuestra esencia de guerreros, pero está en nuestras manos "discutir con color", o lo que es lo mismo, "discutir con amor". El control de nuestras discusiones nos hará haber obtenido algo o haber perdido mucho.

Discutir es sano, es amarte a ti mismo, es decir como te sientes, es mostrar al otro tu camino, tu viaje, tu rumbo, tu barco... pero no es necesario gritar, ni tampoco descalificar, no es necesario asustarse, ni tampoco pensar en ganadores o perdedores.

Cuando le comunico a otra persona aquello que yo pienso, hablo de mi, si lo hago con consciencia y amor y suelto el resultado, le doy la posibilidad al otro de ver mi punto de vista.

La paciencia es importante, porque cuando discutimos estamos en la superficie, pero lo dicho, lo expresado, tiene que llegar a lo profundo y para eso, es necesario el tiempo.

Dicen los budistas que "cuando el agua no se mueve, se vuelve clara".

Cuando discutimos claramente, movemos el agua y después hay que esperar, dar tiempo a que el agua se vuelva clara, entonces podemos asomarnos y aprender.

Discute con amor, con consciencia, sabiendo que no quieres imponer nada al otro, que lo único que quieres es decir lo que piensas, o mejor, decir lo que sientes. Es un derecho maravilloso que tenemos. Practicarlo aporta felicidad.

almufuentes@gmail.com